Dos intervalos son complementarios cuando sumados completan una octava. En la música es muy útil dominar los intervalos complementarios, principalmente para localizar una nota respecto otra de manera ascendente o descendente.
Por ejemplo, ¿qué intervalo se forma entre un C y un G? Dependerá de si lo hacemos ascendente o descendente, pero la suma de ambos intervalos dará como resultado una octava. Comprobémoslo:
Si sumamos una quinta justa y una cuarta justa tenemos en total 6 tonos, que es la distancia de una octava. Es decir, una quinta justa ascendente equivale a una cuarta justa descendente y viceversa. Compruébalo: partiendo desde E, ¿llegamos a la misma nota ascendiendo una quinta justa o descendiendo una cuarta justa? Partiendo desde F, ¿llegamos a la misma nota ascendiendo una quinta justa o descendiendo una cuarta justa? En ambos casos la respuesta es sí.
Hay dos pasos para deducir el intervalo complementario de uno dado:
Por ejemplo, el intervalo complementario de una tercera menor (1’5 tonos) ha de ser un intervalo de sexta mayor (4’5 tonos). Comprobamos que: tercera más sexta “suman 9”; un intervalo menor se complementa con uno mayor; ambos intervalos suman un total de 6 tonos (una octava).